'Desobediencia civil y otros textos' (1849) por Henry David Thoreau. Editorial:Fontana.

La producción del estadounidense Henry David Thoreau (1817-1862) continúa de vigente actualidad, a pesar de los años transcurridos. Presentamos al lector su 'Desobediencia civil' publicada en 1849 que constituye una reflexión sobre la sociedad norteamericana, no sólo de época, sino de toda su historia. Va acompañada de tres escritos polémicos en los que ataca a la esclavitud, se ensalza la figura del mártir antiesclavista John Brown y reflexiona sobre su propia vida. Su prosa, próxima al anarquismo, es clara, directa y comprometida. Su trascendencia revolucionaria fue enorme.














Ángel Román.

'El príncipe destronado' (1973) por Miguel Delibes. Editorial: Austral.

El príncipe destronado es la historia de un niño, Quico, que va a cumplir cuatro años. A Quico le pasa algo importante: le ha nacido una hermanita, Cris, que lo ha relegado a un segundo plano. Ahora ya no es el rey de la casa; ahora es el príncipe destronado. A lo largo de un día, desde que se levanta dando gritos hasta que cae rendido por la noche, asistimos a sus andanzas, vislumbramos sus secretos y conocemos sus angustias. Detrás del niño, tan admirablemente recreado, vemos el mundo familiar, los otros hermanos, el padre y la madre, las criadas, la ciudad, el mundo. Cuando el libro acaba uno quisiera seguir con Quico y su familia al día siguiente porque, aunque no haya ocurrido nada extraordinario, todo ha sido fascinante.

A través del fino cristal que es el alma de Quico, Delibes nos deja esta novela extraordinaria sobre el misterio opaco de la infancia. Pero eso no es todo, también consigue que, de pronto, en algún rasgo de Quico, en algún gesto, en alguna palabra, reconozcamos con sonrisa cómplice otra infancia, la nuestra.


Ángel Román.

'La barraca' (1898) por Vicente Blasco Ibáñez.

'La Barraca' es una novela escrita por el diputado republicano Vicente Blasco Ibáñez en 1898 y se caracteriza además de por su corte naturalista, por el simplismo y realismo con el que el autor retrata la pobreza del campesinado de la Valencia en la que le tocó vivir.

Una pobreza que al englobar, además de a la material, la intelectual, provoca que el inculto y falto de entendederas campesinado valenciano de la época, sea capaz de cometer la mayor de las barbaridades por tal de que nadie de su clase social triunfe en un mundo en el que se consideran sometidos por la clase pudiente.

La novela personalmente me ha encantado pues habiéndome hecho a la idea de que en ella no hallaría reflexiones que fueran más allá de la repetición de los simples eslóganes que el comunismo recalcitrante repite hasta la saciedad una y otra vez, me he topado con todo lo contrario. Personalmente creo que el autor con la novela lo que ha pretendido enseñar era y es que la clase obrera en algunas ocasiones debería hacer una mayor autocrítica antes de lanzarse a buscar al enemigo en el bando contrario porque en algunas ocasiones ocurre que donde verdaderamente está es en el seno de tu misma clase social y no en la de enfrente.

Por último me gustaría decir que además de ser una novela corta y de fácil lectura, está inundada de descripciones magistrales con las que el autor consigue no solo que el lector se traslade a la Valencia en la que transcurre la historia sino que sea capaz de palpar la tragedia humana que transcurre entre sus páginas.

Ángel Román.