Una
vez vista la primera temporada de la serie, la primera gran
conclusión a la que he llegado ha sido la de
que
es una serie un poco atípica debido a los pocos (8) y muy cortos
capítulos (20 minutos por cada uno) que
tiene
la primera temporada.
La trama de esta primera temporada de la serie ha estado centrada íntegramente en los periplos por los que los dos jóvenes e inmaduros protagonistas, Alyssa (Jessica Barden) y James (Alex Lawther), han ido trazando su camino queriendo encontrar, por un lado, la madurez tan necesaria que adquieren los jóvenes durante su adolescencia y por otro, a una persona capaz de rellenar las carencias afectivas que han tenido durante su niñez bien por la pérdida de un ser querido o por la escasez de ejemplos morales a los que seguir.
Creo
que la serie a pesar de haber tenido un comienzo donde la trama, por
avanzar muy veloz y estar aderezada
con momentos cómicos, era muy fácil de digerir por el espectador,
no ha sabido mantener constante
el nivel y poco a poco y con el paso de los capítulos ha ido
desinflándose.
Sí me han gustado bastante las narraciones con voz en off que los propios protagonistas iban haciendo de aquellas circunstancias con las que se iban topando a lo largo de su aventura, así como los sentimientos que éstas les provocaban, porque creo que ha sido una forma inteligente de mostrar al espectador como ambos protagonistas han ido poco a poco tomando consciencia de la trascendencia de sus actos y de lo que significa ser una persona madura y responsable capaz de sobreponerse a todas las carencias con las que tuvieron que lidiar en sus respectivas infancias.
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