Excelente clásico de la literatura americana del siglo XX el cuál debería ser de obligada lectura en todos los institutos de España como ya lo es en buena parte de todos los estados de América.
En mi opinión, esta novela es el resultado de una mezcla de estilos de narración brillantes las cuales se alternan en la primera y segunda parte en la que está dividida la propia novela. Y digo una mezcla pues Harper Lee es capaz de transmitir no solo las sensaciones y pensamientos que al ser propias de todas las niñas de 6 años lo son per se a la pequeña Scout, sino también las profundas reflexiones acerca de la discriminación que siendo impropias de una niña corriente de un pequeño vulgo estadounidense, son naturales para quien tiene por padre a un estudioso del derecho y la justicia como serían los casos de los hermanos Finch, Jem y Jean Louis. La autora hace así un tremendo énfasis en la importancia que tiene una buena educación para el progreso de la justicia en la sociedad pues muestra que sólo es capaz de ser justo con el resto de las personas aquellos que han sido leídos e instruídos con una educación que no se ha limitado a la que estricta e unilateralmente impone el gobierno de turno de acuerdo a sus ideas (con toda la carga de prejuicios y tópicos que ésto supone a menudo si atendemos a las distintas fases históricas por las que muchas sociedades han pasado a lo largo de su historia).
En otro orden de cosas, las dos partes de la novela son narradas por la misma persona pero quizás el encanto reside en que se muestra perfectamente como a pesar de cambiar los enfoques y pensamientos conforme se va produciendo la progresiva maduración mental de la joven Scout, la idea de que las personas de Maycomb están siendo injustos con las personas de color, solo por 'su' color, no solo permanece inmutable sino que a medida que crece la narradora, se asientan aún más en su fuero interno.
La novela narrada en primera persona por la jovencita Scout Finch, muestra como incluso para los pequeños, era fácil descubrir cuán terrible y cruel podía ser el hombre para con el propio hombre con independencia de la raza, color, ideas o religión de los mismos. Scout es la hija del probablemente único hombre culto y justo del pequeño pueblo de Maycomb y consecuencia de esto, verá como la sociedad analfabeta y rural (propia de la época y zona geográfica en la que está ambientada la novela) en la que irremediablemente se debe integrar, tiene arraigados unos fuertes prejuicios y valores contra las personas de color los cuáles les llevan a perder sus cabales e inmediatamente acusarlos de ser la fuente de la que emanan todos los males no solo de Maycomb o Alabama, sino de todos los Estados Unidos.
Harper Lee enseña como incluso los niños más infantiles e ingenuos son a veces y precisamente por ser niños, los únicos capaces de reconocer las injusticias cuando éstas se producen. Nos enseña la tormentosa e aún inacabada transición hacia la igualdad por la que día a día pasan millones de personas de color en Estados Unidos al tiempo que nos sumerge en un mundo en el que 'aparentemente' todo está en armonía y discurre sin la existencia de otros acontecimientos que sean distintos a los relativos al terror que causa la casa de los Radley para los pequeños del pequeño pueblo Maycomb. Como si todas las desigualdades por las que atravesaban los 'negros' de ese pequeño gran 'Mundo nuevo' fueran normales...
En definitiva, es una novela que tuvo una magnífica acogida y la cuál me lancé a leer por aquello de conocer un poco más de la literatura estadounidense.
Por último, no puedo más que agradecer, al igual que se hace en la novela, a los niños que nunca dejan de serlo a pesar de las presiones sociales a las que se ven sometidos una vez que son profesionales en la sociedad y deciden denunciar aquello que no es justo. Pues, sin esos ingenuos y nobles niños infalibles a la hora de detectar injusticias, que viven dentro de todos nosotros, éstas se habrían ido repitiendo una y otra vez por los siglos de los siglos.
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