Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que solo se sustentaba
de unas hierbas que cogía,
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que el arrojó.
Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más inoportuna?
Piadoso me has respondido
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tus alegrías,
las hubieras recogido.
De "La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca.
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