[...] "Apenas durmió. Tendido en la litera de su camarote, mientras oía los cercanos ronquidos de Bernard, pensaba que, de nuevo, como en los días del frente de Aragón, se encontraba enormemente solo. No obstante, al mismo tiempo, ese sentimiento le provocaba orgullo de sí mismo. Nadie le obligaba a ir otra vez a España a jugarse la vida; pero pensaba que la grandeza de todo lo humano reside en no aceptar muchas de las limitaciones que la naturaleza le impone. La opinión de los otros le importaba ahora menos que nunca: había aprendido a disfrutar del hondo significado de la independencia." [...]
"Banderas en la niebla" (2017) . Javier Reverte
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