Creo que el autor ha sido capaz de representar las "Dos Españas" que se enfrentaron en unos combates en los que los únicos vencedores, si es que se les puede llamar asi, son los sentimientos de repugnancia, miedo, horror y asco que todos, a partes iguales, aún hoy podemos sentir al leer cada uno de los actos tan salvajes que nos consigue revocar el autor con sus próligas descripciones.
Pienso que las figuras representativas de ambas "Españas" fueron seleccionados a conciencia por el autor para conseguir resaltar las diferencias tan grandes que existieron entre los bandos. Honestamente creo que aunque viene bien situar los extremos ideológicos que combatieron para que quien no conozca la guerra civil española pueda situarse en ella, pienso que ni todos los nacionalistas eran tan primitivos, analfabetos y mujeriegos como nos hace pensar el autor que es "El Algabeño", ni todos los que combatieron en el bando opuesto eran unos eruditos del arte y las ciencias como es el caso de John Cornford.
Creo que el autor debió crear algunos personajes ideológicamente a caballo entre los perfiles de los protagonistas para así demostrar, o más bien, explicar a los lectores, que esa "tercera" España avocada a la guerra forzosamente por unos y otros, fue la que más perdió en todo aquel desastre.
En cuanto a lo que es la historia en sí y como está escrita, he de decir que me ha gustado mucho como el autor ha sido capaz de contar los mismos acontecimientos desde dos ópticas tan diferentes entre sí. Creo que la alternancia entre los dos personajes ha ayudado a comprender el choque frontal tan grande que se produjo en cada contienda de la guerra civil.
Por último, me gustaría decir que aunque es un libro en el que no se nos describen grises, es todo blanco o negro, del autor consigue cerrarlo y zanjar las heridas comentando que estos fueron unos mundos o unas "Españas" que pertenecieron al pasado. Creo que con este cierre el autor consigue que los Españoles de ahora que leamos la novela, pensemos más en todo lo que podemos hacer por mejorar la España de ahora, la nuestra, cronológicamente hablando, en lugar de pensar en venganzas y rencores de un tiempo que ya nos pasó a todos.
Ángel Román
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