martes, 10 de enero de 2017

Sobre la conveniencia de la accesibilidad universal de la ciencia.

Sean Connery como Guillermo de Baskerville.

Los 3 argumentos que fundamentan la necesidad de la censura controlada de la ciencia.

Primer argumento.
[...] "- Pero, ¿por qué los que poseen esa ciencia no se la comunican a todo el pueblo de Dios?
-Porque no todo el pueblo de Dios está preparado para recibir tantos secretos, y a menudo ha sucedido que los depositarios de esta ciencia fueron confundidos con magos que habían pactado con el diablo, pagando con sus vidas el deseo que habían tenido de compartir con los demás su tesoro de conocimientos...[...] 
Fuente: ("El nombre de la Rosa". Umberto Eco. Editorial Contemporánea. Pág 128. Primer día, Vísperas.

Segundo argumento.
[...] "Además, como advertía el gran Roger Bacon, no siempre los secretos de la ciencia deben estar al alcance de todos, porque algunos podrían utilizarlos para cosas malas. A menudo el sabio debe hacer que pasen por mágicos libros que en absoluto lo son, que sólo contienen buena ciencia, para protegerlos de las miradas indiscretas.
-¿Temes, pues, que los simples puedan hacer mal uso de esos secretos? --preguntó Nicola.
-En lo que se refiere a los simples, sólo temo que se espanten, al confundirlos con aquellas obras del demonio que con excesiva frecuencia suelen pintarles los predicadores...[...] 
Fuente: ("El nombre de la Rosa". Umberto Eco. Editorial Contemporánea. Pág 128. Primer día, Vísperas.)

Tercer argumento.
[...] "Lo que no significa que no haya que revelar nunca los secretos, sino que son los sabios quienes han de decidir cuándo y cómo.
-Por eso es bueno que en sitios como éste  -dijo Nicola-, no todos los libros estén al alcance de todos.
-Esa es otra historia -dijo Guillermo-. Se puede pecar por exceso de locuacidad y por exceso de reticencia. No quise decir que haya que esconder las fuentes del saber. Pienso, incluso, que está muy mal hacerlo. Lo que quise decir es que, tratándose de arcanos capaces de engendrar tanto el bien como el mal, el sabio tiene el derecho y el deber de utilizar un lenguaje oscuro, sólo comprensible para sus pares. El camino de la ciencia es difícil, y es difícil distinguir en él lo bueno de lo malo...[...] 
Fuente: ("El nombre de la Rosa". Umberto Eco. Editorial Contemporánea. Pág 130. Primer día, Vísperas.)

Guillermo de Baskerville y Adso de Melk. 




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