Poveglia: El lado más oscuro de Venecia.

Venecia es conocida en todo el mundo como una de las ciudades más bonitas del planeta y lo es de verdad. Pero lo que la gran mayoría de turistas no conoce acerca de Venecia es que en las aguas de la Laguna, al sur de Venecia, frente al famoso Lido del Festival del Cinema, hay una isla un poco aterradora llamada: la isla de Poveglia.

Los orígenes de Poveglia se remontan a cuando la isla era considerada casi un estado debido a su potente comercio y las ricas familias asentadas en ella. Con el tiempo, esta situación idílica de la isla se fue perdiendo junto con su lujo y su riqueza ya que la guerra de Chioggia en 1379 la dejó inhabitada y destruida. Fue así cuando la entonces República de Venecia interesada en volver a recuperar la habitabilidad y prestigio de la isla, comenzó (aunque sin mucho éxito) a ofrecer a familias y a viejos ciudadanos de Poveglia la posibilidad de que retornasen a vivir a la isla en la que una vez vivieron, obteniendo solo rechazos a dicha propuesta.

Descartada la rehabilitación social de la isla, se decidió entonces utilizarla como sitio de almacenamiento y  detenimiento de embarcaciones hasta la llegada a Venecia de la Peste Negra en la Edad Media. 

Si aún quedaba alguna esperanza de que la isla volviese a ser lo que era al principio, la más temida y peligrosa enfermedad de la historia acabó de forma definitiva con la isla. Cada fallecido por peste, cada infectado y hasta cada sospechoso de padecer la Peste que se encontraba en la ciudad de Venecia, fue trasladado a Poveglia como medida preventiva para limitar el riesgo de infectar a otras personas. Y fue tal la cantidad de enfermos, sospechosos de serlo y muertos por la peste negra que se aglomeraron en Poveglia que incluso los enfermos o sospechosos de serlo que seguían vivos en Poveglia se comenzaron a confundir con los cadáveres de quienes ya muertos, esperaban solo a ser quemados en un intento desesperado por purificar el aire infectado de la isla y evitar así la propagación de la enfermedad por Poveglia. Durante este periodo la isla fue completamente abandonada por todos y ni siquiera los pescadores se acercaban a ella por miedo de hallar huesos o restos humanos en sus redes, lo cual sigue ocurriendo también hoy en día.

Que poco a poco los estragos que la Peste Negra causó se fueran disipando no hizo que cambiase el uso de la isla por parte de la Republica Veneciana, de hecho, para las enfermedades que sucedieron a la Peste Negra se siguió usando la isla de Poveglia de la misma forma, llegándose ya casi a bautizar a la misma con el nombre de: "Isla de los muertos".

Después de la última plaga, la isla fue nuevamente evitada durante tiempo y otra vez abandonada hasta que en la primera mitad de 1900 se construyera de nuevo un edificio en ella. El uso que se dio a dicho edificio sigue a debate aún en nuestros días. Oficialmente era un asilo, pero los hechos y los testimonios recopilados nos llevan a una versión diferente: un psiquiátrico, de hecho, el escrito “reparto psiquiatría”  que se puede apreciar en la entrada del edificio constituye una prueba bastante fehaciente del verdadero uso que tuvo.

Fueron los recluidos en este sitio quienes fueron los primeros en hablar de fantasmas y manifestar que se sentían perseguidos por quienes murieron muchos años antes de peste en la misma isla. El hecho de que los recluidos eran considerados por todos como locos y enfermos mentales no solo hizo que nadie los tomase en serio, sino que además supuso un incentivo para el director del centro para llevar a cabo sobre sus pacientes experimentos sádicos de todo tipo, siendo las lobotomías y trepanaciones las practicas más habituales.

Muchos de los reclusos fueron llevados al campanario del edificio y ahí torturados e incluso asesinados algunas veces. Hechos que sin duda alguna contribuyeron a incrementar aún más si cabía el halo fantasmagórico de muerte y locura que ya existía sobre la isla de Poveglia. Según la leyenda, años después de llevar a cabo estos experimentos horribles, el director del psiquiátrico empezó a ser perseguido por los fantasmas de los muertos por la peste y por sus prácticas inhumanas.

Se dice que un día, esto lo llevo a tirarse del campanario en un desesperado intento de librarse de voces y visiones. Siempre según la leyenda, una enfermera que asistió al terrible acto, vio como la muerte no fue provocada por el impacto con el suelo. Según ella, el hombre seguía vivo después de impactar con el terreno y su muerte fue provocada por una niebla blanca que se levantó del suelo y lo ahogó.
Cuanto de verdad haya en la leyenda, sigue al día de hoy desconocido, ya que el nombre del director nunca se supo y tampoco el de la enfermera. 

De hecho, este trágico evento y todas las solicitudes de los enfermos mentales de ser trasladados a otros centros llevaron al cierre del psiquiátrico y a una nueva caída de la isla en el abandono. En los años sucesivos se intentó vender la isla, pero cada persona que pasaba tan solo una noche en ella, se iba corriendo el día después y no volvía nunca. En años recientes una familia quiso comprarla para construir en ella una casa de vacaciones, pero después de pasar una noche allí, decidieron marcharse al día siguiente corriendo y asustada. La hija sufrió un desgarro en la cara que necesitó de 14 puntos para ser curado, pero la familia se negó a comentar lo ocurrido.

El acceso a Poveglia está prohibido, nadie vive en ella y la única forma de poder entrar en ella es pedir un permiso al Común de Venecia que es dificilísimo de obtener. Psíquicos y cazadores de fantasmas han visitado la isla y el hospital y han percibido sensaciones y emociones perversas y de muerte.

Muchos de los que entran de forma ilegal se han negado a regresar diciendo que hay una atmósfera maligna, sombras que se mueven y gritos atroces que hacen imposible quedarse. Los habitantes de islas vecinas aseguran que de vez en cuando se siguen escuchando los campanazos de la torre durante la noche. 

Nadie se queda nunca en la isla durante la noche y quien se atreve, nunca vuelve para repetir la experiencia. 

En la actualidad, se estima que el suelo de la isla está compuesto por un 50% de cenizas de las 160.000 personas que han muerto en ella quemados, por la enfermedad o enterrados en enormes fosas comunes.

Publicación escrita íntegramente por Chiara Sedran.