En este capítulo se nos mostrará continuamente la idea de que la guerra o el conflicto que se estaba viviendo era mucho más grotesco e insufrible de lo que, encargados de vender bonos del estado o de publicitar la campaña bélica estadounidense, estaban haciendo ver a jóvenes como Eugene o el cocinero con el que habla Basilone en una de las primeras escenas. Consecuencia de esto, vemos como la imagen o el concepto de la guerra que llega a los jóvenes y se asienta con facilidad en las mentes de éstos, tiene realmente poco o nada que ver con el infierno real por el que día tras día deben atravesar los marines. Y dicho contraste entre la idea de la guerra que tiene Eugene y lo que realmente comienza a vivir una vez que se lanza al mar para 'hacerla' será lo que en muchos de los momentos del capítulo le paralice y le impida actuar.
Esta idea principal del capítulo se pone de manifiesto en varias escenas del mismo, siendo la primera aquella donde los hermanos Basilone hablan mientras desayunan acerca de qué es la guerra y sobre la fama que John Basilone está cobrando en todo el país por su participación en la misma.
[...] (G. Basilone) Oye, no te enfades pero tengo una pregunta. (J. Basilone) Adelante. (G. Basilone) Eh...¿Daba mucho miedo Guadalcanal? Yo espero no paralizarme o cometer un error espero... (J.Basilone) George, no tienes que demostrar nada. ¿Me has oído bien? (G.Basilone) No.. es que... (J.Basilone) ¿Queda claro? (G.Basilone) Sí... [...]
La segunda de las escenas donde se habla acerca de qué es realmente la guerra es aquella en la que un Eugene Sledge pensativo, acaba preguntándole a su amigo Sidney sobre si son reales las expectativas sobre la guerra que se ha formado en su mente en base a fotos, documentales, ponencias y lecturas bélicas o si no.
[...] (Eugene) Sid, ¿Como es? (Sidney) Me tiré a una tía en Melbourne. Y no bromeo...pero eso es la gloria. Luego llegas aquí y encuentras el infierno. Así es amigo, y eso, es algo inimaginable. (Eugene) De acuerdo. Te echaré de menos. (Sidney) Todo irá bien. [...]
Por último, el capítulo para enfatizar una vez más acerca del contraste entre la previa idealización de la guerra que tienen los jóvenes y la realidad de la misma una vez que la viven, nos mostrará como Sidney (Ashton Holmes) le compara a Eugene la imagen previa de la guerra que tenía antes de alistarse a la marina con la que tenía del Gran Cañón a través de las fotos antes de vivir ambas experiencias 'in situ'.
Para acabar este análisis sobre el capítulo, me gustaría resaltar además del ya mencionado contraste acerca de la realidad de la guerra y la imagen que tenía de la misma Eugene Sledge, el retorno paulatino y constante con el que la serie nos vuelve a dirigir hacia escenas de batallas tras habernos dado una pausa de dos capítulos (3 y 4) en los que se humanizó a los soldados y se dejó a un lado la trama bélica en beneficio de la sentimental.[...] -Mira eso, ¿Has estado en el Gran Cañón? (Eugene) No.
-Mi padre fue cuando era crío y siempre me lo recordaba cuando yo era pequeño. Cuando le preguntaba me decía que tenía que verlo para entenderlo. Al final me llevó con diez años. Llegamos allí de noche y en aquellas cabañas no veíamos nada debido a la oscuridad. Por la mañana nos levantamos, salimos de la cabaña y a diez metros de donde dormíamos estaba el puto Gran Cañón. Estábamos rodeados de colores que nunca había visto. Él tenía razón. Las fotos no le hacen justicia. Hay que estar allí para apreciar su belleza.
(Eugene) Mañana iremos a verlo. [...]
Creo que la serie ha sabido muy bien volver con la ayuda de la trama del inexperto soldado Eugene a los parámetros bélicos con los que comenzó y los cuáles había abandonado en los dos últimos capítulos. Es decir, la introducción de Eugene Sledge ha servido de conexión brillante no solo para enlazar los capítulos 3 y 4 con este último, sino también para volver a reenfocar la trama de la serie en el conflicto bélico puro y duro.
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