La Biblioteca de Alejandría.
Biblioteca que aunque fue fundada en el siglo III año 330 a.C por Ptolomeo I Sóter, su creación se debió en gran parte a la influencia que Alejandro Magno tuvo en ella ya que habiendo estudiado con Aristóteles moral, poesía, biología, drama, lógica y estética, aspiró a que en su legado no quedase solo destrucción a través de sus conquistas sino también algo de cultura. Así pues, Ptolomeo I Sóter la fundó y situó en la ciudad egipcia de Alejandría con el fin esencial de que la creación de la misma ayudase a mantener a salvo a la civilización griega en el seno de una sociedad egipcia radical y conservadora. Pronto esta primera biblioteca sería ampliada y mejorada no solo en su estructura sino también en su contenido (llegando a tener hasta 900.000 manuscritos copiados y originales) por Ptolomeo II Filadelfo, hijo de Ptolomeo I Sóter, convirtiéndose así en la biblioteca más grande del mundo en su época.
Ptolomeo II encargó a Zenódoto de Éfeso, que con la ayuda del poeta Calímaco, catalogasen todos los volúmenes y libros que se albergarían en su gran biblioteca. Esta catalogación de volúmenes fue la primera de la que se tuvo constancia en el mundo y fue llamada Pinakes.
Según algunos escritores latinos la Gran Biblioteca de Alejandría comenzó ya a destruirse cuando perdió unos 40.000 pergaminos como consecuencia del incendio accidental que provocaron las tropas de Julio César cuando, siendo asediadas por Aquilas el egipcio en el palacio real de Alejandría en la guerra entre los pretendientes al trono de Egipto del 48 a.C, incendiaron una flota de barcos y los enviaron contra la flota egipcia. Estos barcos incendiados por el propio César no solo acabaron con la flota egipcia sino que también incendiaron la biblioteca a pesar de que el emperador romano lo negase en su 'Bellum Alexandrinum'
Tras este primer incendio de la biblioteca, quedó constancia de la que la misma sobrevivió gracias a una inscripción hallada dedicada a Tiberio Claudio Balbilo (director del museo y biblioteca de la época) la cual corroboraba su supervivencia a este primer incendio. Tras este primer incendio, se produjeron otros dos ataques a la biblioteca. Primero fue el de Aureliano y posteriormente el de Diocleciano en el año 297, quien ordenó quemar millares de libros que versaban sobre la alquimia y ciencias herméticas para evitar que alguien pudiera poner en peligro la estabilidad monetaria que con tan arduo sufrimiento se había conseguido instaurar.
Tras soportar ya un incendio y dos ataques, lo mucho o poco que quedaba de la Biblioteca de Alejandría sobrevivió por medio de la biblioteca del Serapeo aunque también ésta biblioteca sucesora de la original acabaría siendo atacada en el año 391 cuando Teodosio el Grande, 'como medida de defensa del cristianismo' ordenó a Teófilo de Alejandría la destrucción de los templos paganos que pudieran existir en la ciudad de Alejandría.
Por tanto y a pesar de lo que muchos creen en la actualidad, la Gran Biblioteca de Alejandría y muchos de sus ejemplares habían sido ya destruidos de forma progresiva y previa hasta en cuatro ocasiones para cuando el califa Umar ibn al-Jattab gobernó la ciudad de Alejandría entre los años 634-644. Si bien es cierto que no se le puede atribuir al califa Umar y a su general Amr ibn al-As la destrucción total de la Biblioteca, no lo es menos que pese a no existir ésta ya prácticamente, sumándose a los ataques anteriores de Aureliano, Diocleciano y Teófilo, el árabe dio el golpe de gracia a la misma ordenando destruir los posibles manuscritos que atacasen al Corán y que hubiesen podido sobrevivir a los anteriores ataques que se registraron en Alejandría diciendo según fuentes árabes (Bar-Hebraeus, siglo XIII) algo así como:
"Si esos libros están de acuerdo con el Corán, no tenemos necesidad de ellos, y si éstos se oponen al Corán, deben ser destruidos"El historiador británico Edward Gibbon en el siglo XVIII acabó manifestando que tras consultar distintas fuentes acerca de la Biblioteca de Alejandría, le suponía un grave error acusar a los musulmanes de destruir algo que ya a su llegada éstos se encontraron prácticamente destruido por la acción de los cristianos.
No se llegó a conocer con total certeza la ubicación exacta de dicha biblioteca aunque en algunos escritos como el de Estrabón, pareciera indicarse de una manera indirecta que la misma estuviese asentada en el Brucheion, un distrito real que se encontraba al noroeste de la ciudad.
La Biblioteca de Alejandría según algunos manuscritos, habría acogido en su interior un pequeño zoológico, jardines para el estudio de la botánica, salas a las que se las usó como laboratorios y cómo no, salas dedicadas a la recolección, estudio e investigación de manuscritos procedentes de Grecia, Persia, India, Palestina y África. Manuscritos que llegaron todos a la biblioteca gracias a las grandes inversiones económicas que los Ptolomeos dedicaron en su afán por crear un centro neuralgico del conocimiento y saber. Centro que acabaría siendo considerado como la primera universidad del mundo. Y para conservar, estudiar e investigar dichos manuscritos de la Biblioteca, hasta cien filósofos y poetas llegaron de todo el mundo para dedicarse al conocimiento, entre ellos algunos tan famosos como el matemático Arquímedes o el poeta Apolonio.
La desaparición de la Biblioteca así como de los ejemplares que la misma albergaba supuso y aún hoy supone uno de los desastres culturales más grandes de la historia. Desastre que solo se podría equiparar con la quema de libros que los cruzados harían en la toma de Constantinopla en 1204, la hecha por Joseph Goebbels en 1933 en la Bebelplatz de Berlin o el incendio que se produjo el 18 de diciembre de 2011 en la biblioteca de la Academia de las ciencias de Egipto en El Cairo. Biblioteca esta última la cual albergaba unos 200.000 documentos que se remontaban al siglo XVIII en el momento en que se convirtió en cenizas...
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